Nidia Fernández


 

otra muerte de amor, julia de burgos

 

 dedicado, sin misterio alguno,

 a Ángelamaría Dávila

importa

que fuera un 4 de julio que murieras, Julia.

 que ese día bebieras más que ningún día

porque más que siempre fuera preso

que los fuegos hayan sido artificiales por las calles

                               que andaste oyendo tiros.

 

Te encontraron vestida y eso importa:        saliste a trabajar.

la noche te llamó a cargarte al poste de un poema dictado de la muerte

 tenías que amanecer puertorriqueña anónima

cadáver de la fiesta nacional del país que ahorca al tuyo.

no podías haber muerto en otra fecha. tanta claridá

tenía que declarar asesinato

tantos años de violencia de hambre y de secuestro, tanto avión

de pobre reclutado por pobre a derramarse de peón o de ejército

en el plato

donde cena el imperio.

¿ no eras tú,

cucubano de Albizu,

el mejor poeta

de la intimidá?

importa

que también tu país intervenido celebrara la noche de los fuegos,

ajeno a que escribías tu epitafio como un brindis de tu cuerpo

a mostramos la mentira de una banca piadosa.

importa para siempre que tu muerte

fue boricua y terrible en pleno Nueva York, ciudad de los suicidios:

almorzaron encima de tu vientre dos soldados con guantes de hospital

preguntando, ¿habrá alguien que venga a  reclamarla?

 

--como ocurre en la guerra, julia.

 

1989

Nidia Fernández

 

             

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